No están ellos, los que tanto amé
siento como braman sus entrañas
debajo de mis pies.
Pero yo si estoy y asciendo despacio...
en círculos...
Las pisadas poco a poco se tornan ínfimas...
se desgastan.
El entorno me abraza con delicadeza,
cada vuelta me eleva a la cima...
dormida......quieta, en el ahora.
Ayer fuiste poseedor de fuego
y no te importó escupirlo,
arrebatándome todo....
Hoy te concedo la visita.
Es el retorno a una fuerza sin vida,
que se perpetua en mí y me imantiza
a tu plácida tierra egregia.
Sé que contienes en lo más íntimo sus cenizas,
que las bañas con tus aguas
sin importarte que mi alma se haga trizas.
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